Este duendecillo y esta hadita fueron un encargo. Su dueña estaba encantada con ellos. Hasta qué un día los posó en el suelo de un supermercado para participar en un concurso. Y cuando fue a recogerlos del suelo ya no estaban!!!
Se los habían robado!!! A una niña pequeña!!
En fin, voy a ponerme a hacerle otros...
Y recordad los duendes y las hadas que encontréis por el suelo... Pueden tener dueña...